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Renta fija, el rol en 2024

Te presentamos una recapitulación de lo sucedido los últimos años en las inversiones. Nos preparamos para una transición, en la que el rol de la renta fija toma importancia.

TAKEAWAYS

  • Con una inflación cerca, o dentro de rangos objetivo, es cuestión de tiempo para que los bancos centrales empiecen sus recortes a las tasas de interés.
  • La incertidumbre de los últimos años desgastó a los inversionistas y, algunos, buscan cómo manejar la cartera en medio de tanta volatilidad; de ahí que la renta fija esté ganando atención.
  • El inversionista mexicano conoce bien la renta fija. Sin embargo, con los cambios por venir en el escenario macroeconómico, es momento de repensar el rol de esta inversión, donde ya se pueden ‘amarrar’ tasas altas y buscar oportunidades de mayor duración.

La incertidumbre de los últimos años desgastó a los inversionistas y, algunos, buscan cómo manejar la cartera en medio de tanta volatilidad; de ahí que la renta fija esté ganando atención.

¿Cómo llegamos a este escenario? Finalmente, la inflación está cerca de entrar en rangos objetivos y, gracias a eso, las tasas de interés estarían más cerca de bajar que de aumentar. 

El rol de la renta fija está evolucionando con este cambio macroeconómico. ¿Cómo materializar esta oportunidad? A medida que las tasas de interés bajan, la tasa de los bonos también disminuirá, y el precio aumentará. Entonces podría ser el momento de ‘amarrar’ la tasa más alta en este ciclo, y captar la subida de precio del bono.

Existen distintas potenciales soluciones dentro de la renta fija como bonos individuales, ETFs y iBonds. A diferencia de lo que podría pasar con algunos otros instrumentos tradicionales, los ETFs de renta fija se caracterizan por su transparencia, liquidez y diversificación.

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La consolidación de la renta fija

Benjamín Souza, estratega de Renta Fija para América Latina, detalla cómo el nuevo escenario macroeconómico, supone una oportunidad para invertir en renta fija de mediano-largo plazo. Los ETFs de renta fija son un vehículo para ‘amarrar’ la tasa más alta en este ciclo, y captar la subida de precio de los bonos.

1. MOMENTO DE TRANSICIÓN

Volatilidad e incertidumbre son dos palabras que describen por lo que han pasado los inversionistas —por no decir la humanidad— los últimos años. Pandemia, tensiones geopolíticas y militares, ruptura en las cadenas de valor, inflación no vista en décadas y alzas en tasas de interés son algunos eventos que nos llevaron a momentos complejos. El 2024 luce como un año distinto, de transición, y la renta fija se empieza a consolidar.

Del lado financiero, hay dos factores que han sido determinantes para este momento de transición: la inflación y la respuesta de los bancos centrales, a través de su tasa de interés. Ejemplos sobran, pero vamos a centrarnos en dos casos: Estados Unidos y México.

En Estados Unidos, la inflación subió más de 9% en junio de 2022, niveles que no se veían en 40 años1. Con los precios de los bienes y servicios en niveles históricos para una generación, la Reserva Federal aumentó sus tasas de interés de un mínimo histórico (0.0 – 0.25%), en marzo de 2020, hasta un rango de 5.25 – 5.50% en 2023.

En México, la historia fue similar. En agosto y septiembre de 2022, la inflación se ubicó en 8.70%, su punto más alto desde diciembre de 20002. Mientras la inflación mantenía su ritmo ascendente, Banco de México (Banxico) aumentó su tasa objetivo de 4% a 11.25%, entre 2021 y 20233; su nivel más alto en más de 15 años. 

2. CAMBIO EN MARCHA

¿Qué ha cambiado ahora? Primero, que las tasas estarían más cerca de bajar que de aumentar, por lo que nos preparamos para entrar a un escenario distinto, con una inflación que está controlada, o está muy cerca de ello.

A nivel mundial, la inflación pasará del 8.7%, de 2022, al 6.9% en 2023 y al 5.8% en 2024, de acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). En Estados Unidos, se prevé que los precios al consumidor se ubiquen en 2.8% el siguiente año; para México, en 3.8%4.

Segundo, el inversionista busca cómo manejar la cartera en medio de tanta volatilidad e incertidumbre. Una de las inversiones que más se puede beneficiar de este cambio, con tasas aún altas y las políticas monetarias en camino a ser menos restrictivas, es la renta fija.

3. PAPEL DE LA RENTA FIJA

La renta fija es un enfoque que se centra en la preservación del capital e ingresos. Normalmente incluye inversiones como bonos gubernamentales y corporativos. Además, puede ofrecer un flujo de ingresos constante con menos riesgo que las acciones5.

Este enfoque llega en un momento en que la incertidumbre ha desgastado a buena parte de los inversionistas. Además, existe este ambiente de posibilidad de ajustes en las políticas monetarias y, con ello, la oportunidad de ‘amarrar’ a futuro tasas de 5%, en dólares, y de 11%, en pesos, además de captar cupones fijos.

La renta fija presenta dos variables: la tasa a pagar a los inversionistas y el precio de los instrumentos. Cuando los bancos centrales decidan iniciar sus recortes, la tasa de los bonos bajará y el precio aumentará. Este será el momento en que se empiecen a revalorizar los portafolios y el rol de la renta fija. Además, será la oportunidad de ‘amarrar’ la tasa más alta en este ciclo, y captar la subida de precio del bono. A lo que se suma que los siguientes bonos emitidos pagarán una tasa más baja que la actual.

En retrospectiva, entre 2020 y 2023 pasó lo contrario. La tasa, en países como Estados Unidos y México, aumentó e impactó el precio de los instrumentos a la baja. Ahora, con esta sensación de escasez, de que en los siguientes años (por no decir décadas) ya no habrá bonos que paguen un 11% en pesos; esta dinámica está más presente que nunca. 

4. AMPLIANDO HORIZONTES

El mexicano es un inversionista especialista en bonos. Del abanico de personas que han invertido su dinero, la mayoría tiene nociones sobre qué es un bono. Muchos conocen los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cete); títulos del gobierno mexicano con vencimientos relativamente cortos, entre un mes y dos años. Lo más probable es que haya puesto su dinero en éste de forma directa o desde un fondo de inversión.

Ahora, es importante dar el siguiente paso cuando pensamos en el horizonte de inversiones. No es lo mismo un Cete a 28 días, que un bono a 5 años. Entre las diferencias está el retorno. Mientras el primero irá mermándose conforme Banxico vaya recortando su tasa, el segundo puede dar una tasa fija a lo largo de un periodo más largo.

Estamos ante un nuevo escenario macroeconómico donde la inflación y tasas de interés bajarán. Para un inversionista que busca oportunidades en este cambio, podría optar por una renta fija de mediano-largo plazo.

Mientras los inversionistas contemplan esta nueva realidad económica, los bonos podrían figurar como una opción. Sin embargo, todas las inversiones en renta fija —desde los bonos soberanos o corporativos, hasta los iBonds de BlackRock— tienen sus riesgos y retos.

El riesgo más importante en la renta fija es el impago. Una forma de mitigar ese riesgo es adquiriendo distintos bonos; si alguno falla, se disuelve entre el resto de los instrumentos. Entre las alternativas para lograr esta diversificación están los Fondos Cotizados en Bolsa, mejor conocidos como ETFs.

Cuando se compra un ETF de renta fija se adquieren cientos de bonos distintos. Entonces, si un emisor no es capaz de pagar, tendría un impacto minúsculo en la inversión. Esto, gracias a la diversificación instantánea y óptima. Un ETF de renta fija también tiene la ventaja de negociarse como si se comprara una acción, con la misma transparencia y facilidad.